Es en el Seminario 15, "El acto analítico" que Jacques Lacan se propone transmitir lo que se impone y presenta como verdad, que el hombre y la mujer juntos no tienen nada que ver. Lo más sorprendente es que justamente, porque no tienen nada que ver, el psicoanalista algo tiene que ver con este asunto. Este asunto, cette affaire là, para Lacan requiere de la invención de una nueva escritura: Staferla.
Es el mismo Sigmund Freud quien transmite bajo su pluma, a través de lo que él llama historial y en la contingencia de un único encuentro en la Hostería de la montaña, su propia invención.
Asistimos con cada nueva lectura del historial de Katharina, a lo que podríamos nombrar "el acto Freud". Momento inaugural en el que la demanda decidida de una muy joven mujer, lo "arranca" de la contemplación, "obligándolo" –tales sus palabras– a adentrarse en el mundo de las neurosis, del que por un tiempo había decidido apartarse.
Sin ningún miramiento, en la terraza de la Hostería, luego de una opípara comida, se dispuso a abandonar la vía real, otrora la hipnosis, para aventurarse a transitar lo que llamó "un análisis en toda regla", posibilitado por un "Dígame" o un "Siéntese y cuénteme".
Es a través de sus intervenciones –"La invito a continuar relatando lo que se le ocurra", sus preguntas, sus interpretaciones, a las que en ese momento llamaba "adivinar con acierto", o sus formulaciones –"Usted ha pensado: «Ahora hace con ella lo que aquella noche, y las otras, quería hacer conmigo»"–, que se produjo un movimiento cuyos efectos Freud verifica, no solo en la lectura del relato de la sujeto, en su enunciación, sino fundamentalmente en el cuerpo con lo que llamó "una curiosa transformación". Pasó Katharina de una expresión entristecida y doliente a una expresión animada y alegre.
Si el método psicoanalítico aún no existía, si el concepto de inconsciente aún no había sido formulado, ¿qué orientaba a Freud en la lectura del caso, en sus intervenciones?
El secreto del que habla Lacan en su Seminario 14 La lógica del fantasma, "El secreto, el gran secreto del psicoanálisis, es que no hay acto sexual".1
Tratándose de aquello imposible de realizarse como saber, dirá Freud: "Harto a menudo había discernido la angustia en muchachas jóvenes como una consecuencia del horror que invade a un ánimo virginal cuando el mundo de la sexualidad se le abre por primera vez".2
[1] Lacan, J., El Seminario, Libro 14, La lógica del fantasma, Buenos Aires, Paidós, 2023, p. 218.
[2] Freud, S., (1893-95) "Katharina…", "Estudios sobre la histeria (Breuer y Freud)", Obras completas, Tomo II, Buenos Aires, Amorrortu, 1976, pp. 142-143.


